Según Hervás (2008), el juego infantil es una necesidad para
desarrollar tanto la inteligencia como el equilibrio físico y emocional. A
través del juego el niño se divierte, además de desarrollarse y socializarse,
ya que con el juego el niño recrea escenas de la vida, interpreta roles, e
imita situaciones y acciones que observan constantemente en el entorno. Se
puede decir que existe un pequeño dilema entre los educadores entre el juego
libre y dirigido. Algunos opinan que el juego libre o espontáneo es mucho mejor
para el niño, ya que se divierte jugando a su gusto; sin embargo, otros autores
insisten en que el juego dirigido es mucho más educativo, ya que se les está
guiando o conduciendo, en cierto modo hacia el camino que pretendemos a la vez
que se divierten, aunque cierto es que en este tipo de juego adquiere
importancia el condicionamiento.
Según
Pérez.Mª (2011) el recreo es el espacio fundamental de libertad y descanso para
los niños. En las edades de infantil, los niños juegan de forma no reglada, o
al menos con unas normas más flexibles a como juegan los niños de mayor edad;
además los niños juegan a través de la representación, utilizando en muchos
casos elementos naturales como pueden ser piedras, palos, arena, etc. El recreo
es el espacio en el que el niño desarrolla su capacidad de socialización, es
por ello que incluso los juegos de imitación de luchas o peleas, sean en
algunos casos educativos, ya que el niño por sí solo puede conocer hasta dónde
puede llegar a la hora de interactuar con los demás. Es por ello que el recreo
sea el espacio de tiempo donde debe imperar la libertad absoluta, de modo que
el niño pueda desconectar de las tareas y de las instrucciones de los maestros,
preocupándose únicamente de interactuar con sus compañeros.
Si el
debate está entre elegir el juego libre o el juego dirigido en la hora del
recreo, yo como futuro docente me decantaría por el juego libre. Pienso que si
los niños juegan de manera espontánea pueden desconectar y divertirse en mayor
medida. El juego dirigido debe hacerse dentro de clase, utilizándolo como
recurso para educar. Se pueden explicar los conceptos a través de juegos, con
retahílas, canciones, etc; es aquí donde el juego si debe ser dirigido, de modo
que su finalidad sea alcanzar los objetivos propuestos como por ejemplo podría
ser aprender el valor de cada número jugando con las regletas de Cuisenaire o
aprender a formar palabras o sílabas jugando con letras. Si pretendemos que los
niños jueguen de forma dirigida en el recreo, lo que estamos es condicionando y
limitando sus emociones, ya que existiría un número de niños y niñas que
jugarían gustosamente, disfrutando y divirtiéndose mientras que otro número
estaría jugando por el mero hecho de que lo ordene la maestra, lo que para él o
ella el recreo simplemente sería seguir trabajando en una zona externa al aula.
Cierto es que hay que estar atento en la hora del recreo en la medida de lo
posible a los juegos de los niños, ya que algunos son excluyentes o
discriminatorios, en los cuales si se debe intervenir y explicar al igual que
se haría en clase aquello que está bien o aquello que no lo está, pero en
definitiva el recreo es para disfrutar y jugar a lo que cada cual le apetezca
jugar.
LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EDUCACIÓN INFANTIL:
BIBLIOGRAFÍA:
-Hervás E. (2008) El juego en Educación Infantil. Revista innovación y experiencias educativas. Nº6. 1-7
-Pérez mª. (2011) El patio del recreo y los juegos tradicionales en la Educación Infantil. Pedagogía Magna. Nº11. 1-7.
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